lunes, 16 de diciembre de 2013

Científicos argentinos colaboran con la Agencia Espacial Europea para hacer posible el viaje a Marte

Científicos argentinos que colaboran con la Agencia Espacial Europea no hallaron problemas mayores derivados de una misión simulada. Pero en el regreso, advirtieron, la reacción frente a imprevistos podría ser más lenta. 


Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller-. La Agencia Espacial Europea (ESA) está pensando en una misión tripulada a Marte como parte de un proyecto internacional. De acuerdo con la NASA una travesía de esas características podría concretarse en 2040.

El cuerpo humano está preparado para un viaje de ida y vuelta al planeta rojo, aunque quizás no esté tan alerta para responder a una emergencia durante el regreso, comprobaron científicos argentinos y belgas.

Para determinar las condiciones óptimas de un viaje de 520 días de ida y de vuelta a ese remoto lugar del sistema solar, se simuló una nave espacial en la cual estuvo confinado un grupo de seis tripulantes esa misma cantidad de tiempo. El proyecto se llama Mars500.

El “viaje” empezó en junio de 2010 y terminó el 4 de noviembre  de 2011 en las instalaciones del Instituto de Problemas Biomédicos (IBMP) en Moscú, Rusia.

Los científicos del Laboratorio de Neurociencia Aplicada de la Universidad Católica Argentina (UCA), que depende del CONICET, evaluaron el funcionamiento durante la “misión” del sistema nervioso autónomo. Este sistema se encarga de regular los procesos que no dependen de nuestra voluntad como por ejemplo, que la frecuencia cardíaca sea más alta durante el día que durante la noche.

El doctor Daniel Vigo, investigador de la UCA, precisó que, en la segunda mitad del viaje, el sistema nervioso autónomo se encontró “algo dormido” durante el día y “algo despierto” durante la noche, es decir, que se perdieron las diferencias día-noche que se observan habitualmente en sujetos sanos.

Este resultado, que sería atribuible a la falta de exposición a la luz natural (el principal sincronizador de nuestros ritmos biológicos), podría determinar que el cuerpo no esté lo suficientemente preparado para responder a una emergencia, destacaron los científicos.

Sin embargo, “no se observaron enfermedades que afectasen la salud de los tripulantes”, señaló Vigo.

Los resultados de este trabajo fueron publicados en la revista científica Aviation, Space and Environmental Medicine.

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